Desconfío. Entonces me escondo; me salen puntas y flechas, y catapultas y aristas...
Desconfío porque sé, porque ya vi muchas cosas, más de las que hubiera querido, más de lo que desearía que vea la gente a la que quiero.
Ya no duele. No tanto.
A veces, en sueños, se sacude un recuerdo arcaico, lejano, que parece que no fuera más que el recuerdo de un recuerdo...y hace eco en el vacío.
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